Llega el frío y de repente notas que tienes un ánimo decaído, menos ganas de hacer cosas, duermes mucho (o muy poco) y además notas cansancio. Sí, todos estos síntomas no aparecen casualmente al cambiar de estación, sino que tienen un nombre: astenia otoñal.
Aunque suele durar unos pocos días (o semanas) que es lo que tarda el cuerpo en adaptarse a los cambios estacionales, es importante que sepamos cómo podemos minimizar estos síntomas para que podamos afrontar el otoño con la máxima energía posible.
¿Por qué el otoño me sienta mal?
Cada año muchas personas se hacen esta pregunta cuando notan que el otoño les afecta tanto física como emocionalmente. La ciencia tiene una fácil explicación que no tiene nada que ver con el síndrome postvacacional: la luz. Nuestro cerebro se regula mediante la luz y, por lo tanto, cuando las horas de luz se reducen nuestro comportamiento cambia.
La serotonina, también conocida como «la hormona de la felicidad», es un neurotransmisor que en niveles altos se relaciona con el bienestar y el buen ánimo. Por el contrario, cuando tenemos bajas cantidades de serotonina nos encontramos depresivos. Pues bien, aquí viene la clave: la producción de serotonina está relacionada con la luz solar. Por lo tanto, cuando hay menos horas de sol, la cantidad es menor y esto causa apatía y tristeza.
Por otra parte, la melatonina, la hormona del sueño, también parece estar relacionada con este fenómeno. La producimos cuando empieza a anochecer y los días cortos envían señales a nuestro cerebro para que empiecen a producirla mucho antes de lo que nos gustaría… porque nuestros quehaceres no desaparecen cuando llega el otoño, más bien al contrario.
Establece rutinas saludables
Sabemos de sobra que unos hábitos saludables son imprescindibles en nuestra vida (en general), pero es que son más necesarios aún en épocas como esta. Por eso los expertos recomiendan:
- Mantén una alimentación variada, sana y equilibrada. Consume muchos productos de origen vegetal para tener un aporte de vitaminas óptimo y complementa con proteínas de alta calidad.
- Haz varias comidas ligeras y evita digestiones pesadas.
- Duerme las horas necesarias manteniendo unos patrones de sueño estables. Aprovecha que los días son más cortos para adelantar tus cenas e irte antes a la cama.
- Realiza actividad física a diario, que te hará segregar endorfinas y te ayudará a relajarte.
- Aprovecha las horas de luz natural e intenta pasar un ratito al sol cada día. Quizá baste con tu descanso en el trabajo para cargarte con esos rayitos de sol.
- Aunque el cansancio y el frío son una combinación perfecta para que nos atiborremos a café o té, intenta eliminar estas sustancias o mantenerlas en el mínimo.
Más endorfinas y energía…
La mejor combinación para que te de un subidón de energía a cualquier hora del día es apuntarte a nuestras clases de PRAMA, en las que podrás moverte, distraerte y generar muchísimas endorfinas. No dejes que el otoño te quite las ganas de mejorar tu vida, nosotros vamos a asegurarnos de que salgas siempre con una sonrisa de clase.