Cuando pensamos en una alimentación saludable, es frecuente que nos enfoquemos en qué comer. Leemos que hay que comer mucha verdura, reducir los hidratos de carbono, controlar las grasas, consumir muchas proteínas para desarrollar masa muscular… Todo eso está genial, pero ¿cómo debemos consumir esos alimentos?
Pues de eso vamos a hablar en este artículo, para que a partir de ahora no falles en tus métodos de cocción y puedas llegar a tus objetivos más rápidamente.
EL ACEITE: NUESTRO AMI-ENEMIGO
El aceite de oliva es maravilloso, estupendo y delicioso. Sin embargo, no por ello está exento de calorías y abusar de él suele ser uno de los grandes problemas en la dieta mediterránea.
Para que te hagas una idea rápida: 100gr de patatas hervidas tienen apenas 80kcal, mientras que la misma cantidad de patatas fritas nos aporta más de 300kcal. Así que sí, cómo cocinamos nuestros alimentos importa tanto o más que los alimentos en sí.
Tanto si estás preparándote una ensalada o una tostada, lo mejor es que midas el aceite por cucharadas en lugar de echarlo a ojo. De esta manera podrás controlar mucho mejor las cantidades, teniendo en cuenta que cada cucharada de aceite de oliva nos aporta 135kcal.
EL TOP 3 DE MÉTODOS DE COCCIÓN
1. A la plancha
Sin duda es el método ganador, no solamente por su escaso aporte calórico, sino por la conservación de nutrientes. Permite cocinar verduras, carnes, pescados y otros alimentos con muy poco aceite y de forma rápida.
2. Al vapor
Además de ser un método súper limpio y cómodo, conserva todo el sabor de los alimentos y los nutrientes muchísimo más que si los hervimos.
3. Al horno
Una forma espectacular para hacer patatas no-fritas o disfrutar de un pescado con todo su sabor.
OTROS MÉTODOS FRECUENTES Y SIMPLES
4. Al microondas
No es que el microondas sea un recurso súper bueno para cocinar, pero la realidad es que las prisas y el estilo de vida actual hacen que sea cada vez más frecuente. Es similar a la cocción al vapor pero más rápida y sencilla.
5. Escaldado
Si tienes prisa para cocinar puedes optar por un rápido hervor para vegetales, pescados o mariscos sin que pierdan textura ni sabor.
6. Hervido
Es la opción para legumbres o cereales, para los cuales el resto de los métodos no son viables. También se puede utilizar para las verduras, pero pierden nutrientes y sabor ya que gran parte de ellos se quedan en el agua.
5 TRUCOS PARA BAJAR CALORÍAS CON LOS MÉTODOS DE COCCIÓN
Porque igual tienes antojos y no siempre es posible quitártelos de la cabeza, aquí tienes 5 versiones más saludables para que disfrutes de tus comidas tanto como siempre:
1. Las patatas no-fritas deluxe: esta maravilla de la naturaleza consiste en cortar las patatas en gajos, condimentarlas con pimentón, cebolla en polvo, sal, pimienta y pan rallado y hacerlas en el horno con un chorrito de aceite. Vas a redescubrir las patatas.
2. El huevo no-frito: si no quieres renunciar a esa texturita del huevo frito, te traemos la solución. Pon una cucharada de aceite en una sartén pequeña (y antiadherente) y repártela bien por toda la superficie. A fuego muy bajo, añade el huevo y deja que se haga muy poco a poco. Resultado: un huevo con la yema líquida y la mitad de calorías.
3. Verduras “salte-aguadas”: si quieres saltear tus verduras, pero notas que necesitan demasiado aceite (como la berenjena), haz una mezcla en los métodos de cocción. Añade el aceite y muévelas para que cojan consistencia. Después añade medio vasito de agua y ve añadiendo más si se agota.
4. Aprovecha el vapor: si vas a preparar verduras al vapor, puedes aprovechar los distintos niveles de las vaporeras para cocinar también tu carne o tu pescado. Así no solamente tendrás menos para fregar, sino que reducirás las calorías añadidas.
5. Horneados en grandes cantidades: cuando enciendas el horno, que sea para preparar mucha cantidad. Prepara bandejas con verduras, patatas, carne o pescado para varios días y congélalas para poder comer sano incluso en los días más ajetreados.
EN RESUMEN…
Para poder mantenerte en tu peso ideal, tener un porcentaje de grasa corporal bajo y no estar constantemente probando dietas milagro, la forma de cocinar es muy importante.
La regla de oro: como se te queda la cocina después de hacer la comida, es como se te queda el cuerpo. Así que ya sabes, si tienes que estar limpiando el aceite de los azulejos cada dos por tres… ¡algo falla! Y si estás pensando en comidas preparadas para meter al microondas, eso es hacer trampas.