Has decidido que vas a hacer deporte, a comer bien y a cuidarte. Esto es fantástico, pero luego la realidad es que muchas veces empezamos con mucha motivación y después vamos poniéndonos excusas porque nos ataca esa enemiga llamada “pereza”. ¿Has escuchado alguna vez la regla de los 21 días? Solo necesitas 21 días para crear un hábito según Deepak Chopra, médico, escritor y conferenciante estadounidense considerado el gurú del bienestar. Son muchas las teorías de que solamente bastan tres semanas para que una rutina se convierta en habitual y la integres en tu vida.
Otra de las claves para no fallar en tu propósito es que realmente tengas un objetivo por el cual has comenzado una nueva actividad. Tienes que tener claro para qué haces deporte, más que por qué lo haces. Lo mismo se aplica a la alimentación, debes visualizar qué quieres conseguir con los cambios que te propones.
Ya has dado el primer paso: has empezado. Ahora que tienes la mitad hecho, solamente tienes que realizar actividad física dos o tres veces por semana, durante tres semanas. Parece fácil hacerlo, pero las excusas aparecen por todas partes. ¿Necesitas unos consejos? Ahí van:
- Tómate tu sesión de ejercicio como una cita con el médico. ¿A que no dejarías de ir a una cita con un especialista? Pues esto es lo mismo: al fin y al cabo, en ambos está en juego tu salud. Si te sale otro plan, valora si realmente es ineludible o solamente es que te da menos pereza que ir a entrenar. Piensa cómo te vas a sentir después, cuando llegues a tu casa después de todo el día, según la decisión que tomes.
- Organiza tu semana para evitar imprevistos. Planifica qué días vas a ir a entrenar para tenerlo en cuenta en el resto de tus actividades. De esta manera, también podrás coordinarte con tus familiares para que no les tome por sorpresa y así te ayuden en este nuevo propósito.
- Establece un objetivo real. No seas demasiado exigente con lo que te propones al principio; lo importante es conseguir mejorar y crear el hábito. Si tres días no son viables, proponte dos (¡pero cúmplelo!) Muchas veces no empezamos a hacer cosas porque queremos alcanzar la perfección desde el principio. Es mejor comenzar e ir mejorando poco a poco.
- Aunque no tengas claro que puedas ir hoy a entrenar, déjate preparada la bolsa de deporte. Así podrás escaparte si finalmente sacas hueco.
- Date pequeñas recompensas cuando cumplas con lo que te habías planificado. De esta manera, te resultará más gratificante continuar con la rutina.
- Es más fácil mantener la motivación cuando la compartes con alguien. Si consigues crear este hábito en compañía, te será más fácil no tirar la toalla en esos días más perezosos. Por eso, en PRAMA somos un equipo y sabemos que todos juntos podemos llegar más lejos y divirtiéndonos muchísimo más.
- Cuando no encuentres motivos para ir a una sesión, recuerda para qué empezaste. Cada día que cumplas tu objetivo estás más cerca de aquello que querías conseguir. Rememora esa sensación que tienes cuando acabas un entrenamiento, cuando te encuentras exhausto pero te sientes bien contigo mismo.
Con esto no queremos decir que después de las tres semanas puedas relajarte y pasar de todo, pero te aseguramos que será mucho más fácil porque lo habrás convertido en parte de tu vida.
Ten en cuenta que no solamente necesitas que tu cuerpo se habitúe a nuevos movimientos y ejercicios, sino que también tu mente juega un papel muy importante (más que el cuerpo, de hecho). Por eso, ten en mente siempre tu objetivo y comprométete con lo que te has propuesto. De esta manera puedes tener una garantía de éxito.
¿Te hemos convencido para proponerte tres semanas de constancia?